domingo, 9 de noviembre de 2008

Baloncesto en Linkoping (Maria Trueba)

Allá por agosto, cuando empecé a preparar la maleta con la que debía sobrevivir durante 4 meses en Suecia, no pensaba que fuese a encontrar aquí un equipo de baloncesto. Con la intención de poder ir a correr o a algún gimnasio, metí algo de ropa de deporte y unas zapatillas de correr.

Aún así, en cuanto llegué, comenzó la búsqueda. Pregunté y pregunté hasta que di con una página web. Allí encontré algunas direcciones y envíe un e-mail diciendo que me gustaría jugar a baloncesto. No habían pasado dos horas cuando recibí una llamada del director del club. Me dio la dirección del polideportivo al que debía ir y los horarios de entrenamiento. Así que allí me presenté. Era la única “no sueca” del equipo. El primer entrenamiento fue un sueco, así que poco (o nada) pude entender.

Hace unos años, este equipo jugaba en la primera liga de Suecia. Pero las jugadoras se fueron haciendo mayores, tenían que trabajar… Y ahora quieren empezar de cero, desde la liga de más abajo y con jugadoras muy jóvenes. Más o menos la mitad del equipo son cadetes y junior y la otra mitad, estamos en la flor de la vida.

Sobre todo el primer mes, veíamos conceptos muy básicos, como por ejemplo, cómo hacer un bloqueo. Las jugadoras jóvenes tenían muchas cosas que aprender. Pero poco a poco fueron incluyéndose partidos, 3x3… Es curioso “lo universal” del baloncesto. La mayoría de los ejercicios son idénticos a los de allí.

Pero después, los entrenamientos pasaron a ser en inglés y más adelante, en bilingüe (sueco e inglés). Además, cuando los entrenadores hablan en sueco, luego me lo traducen a mí, así que no hay problema.

El 4 de Octubre llegó nuestro primer partido. Fuimos en autobús a una ciudad que está a hora y media de aquí. Era nuestro primer partido y, por lo que me dijeron después, nadie esperaba que fuésemos a ganar. El partido fue como jugar contra Abaroa (rivales veteranas y peleonas) en Logroño (árbitros descaradamente caseros). Por lo que he podido apreciar, aquí en Suecia se juega bajo el lema “no blood, no fault”. De hecho, alguna de mi equipo ha llevado más de una vez a entrenar una camiseta en el que aparece esta frase.

Contra todo pronóstico, nuestro joven equipo (KFUM Linköping) ganó 63-73. Fue en el último cuarto donde se decidió todo, ya que fuimos todo el partido por detrás en el marcador.
Hasta ahora no hemos vuelto a jugar más partidos. En la liga somos 4 equipos y tenemos que jugar 4 partidos contra cada uno de los otros 3 equipos. Y el primero asciende.
Como se puede ver en la siguiente página, la liga está muy desigualada. Nosotras ganamos por 10 puntos a Eskilstuna. Eskilstuna ganó a Sjöängens por 57 puntos y, a su vez, Sjöängens ganó a Motala por 5 puntos.

Así que si no hay sorpresas, todo va a estar entre Eskilstuna y nuestro equipo. El calendario de la competición se puede ver en la siguiente página.


Y por lo demás, no se vive mal de Erasmus. El semestre está divido en 2 periodos, así que primero tuve 2 asignaturas que ya están aprobadas y ahora he empezado con 3 nuevas. Tenemos muchas menos horas de clase que allí y el nivel de exigencia es inferior al de allí.
Cada vez hace más frío y el día oscurece antes (ahora a las 16.00 está ya todo oscuro). Pero hasta ahora, lo llevo bien. Aquí se utiliza la bici para todo. Así, la universidad queda a 5 minutos y el centro, a 10 de donde vivo yo.

También utilizo la bici para ir a entrenar. A esas horas suele hacer bastante frío, así que suelo ir bien abrigada. Y con las luces puestas. Ahora ha venido una alemana al equipo. Tanto ella como una de las suecas, viven en la misma zona que yo, así que solemos ir y volver juntas.
Pero sin duda lo mejor del Erasmus son los viajes. En Septiembre alquilamos una furgoneta y nos fuimos a Noruega.


Furgoneta y…¿su conductora?

Fuimos hasta Bergen, haciendo la primera escala en Flam, donde vimos los fiordos.


Linköping-Flam-Bergen-Oslo-Linköping



Fiordos en Flam
Y al volver, pasamos un día en Oslo, capital de Noruega.
También he ido varias veces a Estocolmo. Es una ciudad preciosa y no me canso de visitarla. Las dos últimas veces, cuando vinieron los aitas a visitarme. Y allí pasé con ellos el día de mi cumple. No se cumplen años en Estocolmo muy a menudo (a no ser que seas sueco, claro). Fue un día increíble. Los aitas me habían preparado una sorpresa: una cena en un barco que iba recorriendo Estocolmo a la vez que lo iba iluminando.




Cena de cumpleaños en el barco



Comprassssss



Delegado and me


Reivindicación como poste

Queda poco más de un mes para volver y la agenda está más apretada que nunca. El próximo fin de semana vienen a Linköping unos amigos que están en Sheffield de Erasmus. El siguiente, nos vamos a Tallin en uno de esos famosos barcos… El siguiente, a Kiruna, que está en el círculo polar ártico. Yo pensaba que no se podía ir mucho más al norte de lo que estoy ya. Pero cogemos un tren aquí que viaja hacia el norte durante 18 horas. Allí andaremos en trineos movidos por Huskies, andaremos en motos de nieve y trataremos de ver en medio de la nieve, metidos en una sauna y a -30°C en el exterior, las auroras boreales.
Y después de todo esto ya estamos en Diciembre. Época de exámenes. Y el 21, avión de vuelta para Bilbao.

Aunque esta será sin duda una experiencia inolvidable, echo de menos todo aquello y tengo ganas de que llegue Diciembre.

Ya sé que la situación allí no está siendo fácil en este momento, pero todo es superable. Hemos estado en peores situaciones, pero cuando el equipo se une, confiando en el entrenador e intentando disfrutar de cada entrenamiento y de cada partido, ¡todo sale adelante!
Miriam y yo estamos con mucha ilusión de volver, de jugar, de luchar, de ganar partidos…¡y de hacer muchas cenas para celebrarlo! ¡¡Y estamos seguras de que todo va a ir SOBRE RUEDAS!!
Es cuestión de ponerse a ello. ¡ÁNIMO Y A POR TODAS!!

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